20.8.13

Egipto es algo más que un país libre en Oriente Próximo


En el tablero estratégico mundial, como si de una partida de ajedrez fuera, el movimiento de Egipto es crucial y por ello no se está dejando que avance un sistema de gobierno distinto al occidental.

Se han dejado perder los peones que custodiaban a Mursi pues estorbaban en los miedos a que al final sus pactos con Hamas y Hezbolá destrozaran un ambiente ya de por si muy complejo y enrarecido. Irán y después Siria empujan en la primavera árabe hacia un islamismo radical y violento que pone en peligro Israel y el Mediterráneo. Nadie garantiza la paz en el medio plazo, pero algunos lo intentan con muertos y sangre, desde despachos estratégicos. Europa contempla casi con miedo, no vaya a ser que nada salga bien.

Cuando en Irán se dejó caer a Shah de Persia nadie pensó en lo que iba a venir después. En aquel 1979 con un Carter dividido entre la Guerra Fría, Afganistán, Irán e Irak, no supo mover bien sus piezas y perdió. Todavía 35 años después seguimos contemplando error tras error, asumiendo la enorme complicación política de la zona.

Un error encenderá otra mecha más. Miles de velas más.