Hemos entrado en el mes de julio casi sin haber gastado junio, la rapidez con la que consumimos los meses preocupa en exceso. No sé si es el gozo o que alguien está acelerando los relojes biológicos a partir de cierta edad. Pero lo cierto es que cuando hablamos de cierta edad en realidad estamos queriendo decir “incierta edad”. Tengo unos 35 años más de los que me corresponden con mi pensamiento. Y eso jode bastante. Mis 20 años lo son con los pensamientos de entonces y eso te deja descolocado ante todo.
Por eso el tiempo debe correr tan deprisa, para que no sufra tanto con mis pensamientos.