Y por qué así lo decidió Europa, la televisión pública griega cerró de golpe sus emisiones, es decir con un golpe de estado a la libertad
de comunicaciones, pues no entra en los planes de Europa permitir que los
griegos tengan una empresa pública de televisión, no vaya a ser que no puedan
pagar sus deudas con Europa.
Nada como cortar la emisión, poner a la policía en las
puertas de la sede de ERT y asegurar con bonitas palabras que es mentira que se
haya cortado definitivamente la emisión de su televisión pública, como para
seguir creyendo en Europa, esa Europa que cada vez más demuestra que ni ella misma
cree en la unidad. ¿Alguien se imagina algo parecido en tiempos de paz con la
televisión pública de Alemania, Francia o con la BBC? Sobre España no hablo,
para no mentirme.