Tras unos días en Andalucía he de reconocer que la cercanía ayuda a entender, a comprender y amar. Su simpatía es tremenda entre algunas personas que se dedican a la atención al público que choca brutalmente con lo "desaborías" de unas pocas que se creen otra cosa. Como en todas las zonas de esta España ten completa.
Andalucía goza en gran parte de un turismo bien cuidado que disfruta de una gran calidad de servicios sin precios abusivos. Tal vez le falte industria que acompañe a su potencial turístico, tal vez un reparto mejor de su territorio, en manos de pocos para disfrutar otros pocos. Pero no estaría nada mal que desde todos los rincones supiéramos enseñar que los estereotipos son malos para andaluces, aragoneses o catalanes. Para todos los que caen en las garras de otros que disfrutan para su beneficio con la pobreza ajena. Para que haya ricos, nada mejor que el aumento de los pobres.
