Esta semana
he tenido la oportunidad de hablar con 4 militantes del PSOE (3 con cargo), con
2 militantes de CHA (1 con cargo) y con 1 militante de IU (con cargo). Todos
mis encuentros han sido a título individual y por separado. Los cargos han sido
en todos los casos básicos o medios. Hábilmente he hablado con todos ellos de
los mismos asuntos buscando sinergias, coincidencias o ideas distintas. Veamos
en que coinciden casi todos o todas. Perdonar amiguetes, pues algunos sé que me leéis por estos lares.
Las cúpulas de
los partidos no escuchan, van a su bola y hacen como que les importa escuchar,
pero solo cuando ellos quieren, y no aceptan las divergencias, no les sirven.
La sociedad no
quiere escuchar asuntos que no les afecten directamente, pero en cambio
seguimos muy preocupados en temas menores, en el sexo de los ángeles o en las
fiestas mayores de los barrios.
Hay información
de la organización que no llega a los militantes y debería ser fundamental, incluso
asuntos que se malinterpretan o se manipulan para incluso regalar oídos o para
degradar a contrincantes dentro del mismo partido político.
Mientras haya
en las cúpulas de los partidos políticos, mandatarios con años de experiencia,
será imposible una convergencia de la izquierda pues los odios personales entre
dirigentes de izquierdas vecinas parecen
casi infinitos.
Se asume que ya
nunca volverá a ser nada igual, pues no es una crisis sino un cambio sistémico,
del que nadie sabe bien definir y diseñar la salida, el futuro. Es como si supiéramos
la enfermedad pero no tuviéramos ni idea de la medicación.
Se observa un
agotamiento cierto, una derrota asumida con anterioridad, un decaimiento que
incluso se desea para abandonar posiciones y volver a las cuevas. Una
debilitación de la organización pero también de las personas.
En efecto la
imagen reflejada es dura, jodida más bien, con algunas divergencias
significativas, sobre todo en el orden de prioridades que afectan a la sociedad
según se tenga o no capacidad para tener que gestionar. Pero sí hay un profundo
mareo mental, incluso grandes dudas a la hora de seguir trabajando y estoy
hablando de 8 personas militantes (me incluyo) de las cuales 6 tienen algún
cargo político fuera del interior de su organización y 2 dentro de su
organización. Es decir, aunque pequeños o en un caso mediano, se les puede
considerar políticos que representan. No representan a nada, son un detalle, un
simple destello, un desenfoque. Pero a veces es contagioso.