Toca
defenderse, toca buscar a quien nos defienda. Si IU plantea que las grandes
empresas que SI dan beneficios pero que aun asi despiden de manera no individual, sean acusadas
de fraude y de delito, es de aplaudir y de preguntarnos por qué no existe esta
figura jurídica en el derecho.
Los empresarios
tiene derecho, faltaría más, a llevarse a su casa los beneficios, aunque sean
obtenidos por la suma de muchos factores, entre los que los trabajadores son
imprescindibles. Pero que si hay beneficios, que no se paguen impuestos es una
barbaridad consentida de forma ilógica y rayando la ilegalidad aunque se ampare
en figuras tributarias legales.
Si además
vemos como estas grandes empresas para optimizar sus beneficios, que NO sus
producciones o sus futuros, despiden a su gusto en momentos de crisis, dejando
que las crisis las sufran el Estado y los trabajadores, y los beneficios solo
los disfruten ellos, somos imbéciles por no impedirlo.
Como es
ilógico que tengan la misma carga impositiva fiscal los beneficios repartidas
que los beneficios que sirven para dotar a la empresa de más fuerza o
seguridad. Efectivamente ya sé que los beneficios que no se reparten pueden (y
digo solo, pueden) pagar menos impuestos, pero es que simplemente debería ser
que los que se reparten deberían cotizar mucho más.
No es lo
mismo que una empresa crezca y sea más fuerte y por ello sus socios tengan más
riqueza al tenerla su propia empresa, a que esos beneficios se repartan personalmente
entre los socios. No debería ser lo mismo una empresa que crea empleo que otra
que lo destruye a la hora de pagar fiscalmente por sus beneficios. Como tampoco
lo debería ser si se invierte y crece o se desinvierte y mengua, con una
fiscalidad investigadas e inspeccionada para evitar la limpieza del bisturí de
algunos asesores empresariales.