El PP ha
encargado una auditoría interna (para ellos solos, para intentar saber y no
contar) más una auditoria externa que
pagarán ellos y encargarán a quien les de la real gana y que no podrá demostrar
nada de nada.
Alguien (más
de uno) sabe mucho, muchos saben algo; pero si no hay papelicos guardados en
las cajas del PP (presuntamente), nadie podrá demostrar nunca nada. Y es de
pensar que los apuntes en B, alguien se los ha llevado o los ha roto en el WC
de algún despacho.
En las
contabilidades de ninguna organización, quedan rastros de la contabilidad B,
luego nadie puede demostrar nada con la contabilidad que se puede enseñar. La
otra, la que guarda en su ordenador personal el “jefe” del tinglado, no se sabe
con qué nombre se guara. Y los recibos, que NUNCA se firman dos veces, los
guarda el mismo que los entrega.
Creo que
Bárcenas era de los contables antiguos, de los de lápiz y libretica, así que es
más complicado todavía poder pillarle en el supuesto caso de que algo no fuera
legal. Nada de nada, oiga.
Así que o
logramos hacer que alguien cante, que se acojonen de verdad, o no se podrá
hacer nada, lo que jorobará más al PP, que tendrá que soportar el estigma de la
trampa durante toda su vida.
¿Da
igual en este santo país hacer trampas?, pues parece que si, que incluso entre
algunos de nuestros vecinos de calle, resulta simpático y da personalidad sabe
engañar. Somos así de imbéciles y perdonamos las trampas pensando que
demuestran que quien la hace es un tipo listo. Joder con la bobería profesional.