Hay que buscar siempre la excelencia, la mejoría en nuestros trabajos, en nuestras formas de proceder. Cada día hay que ser mejores, más hábiles en tu vida personal o en tu trabajo, hasta que tu mismo observes que vas mejorando, que adquieres más habilidad o sabiduría.
Cultiva la inteligencia, toma decisiones con juicio y empleando una voluntad clara y férrea.
Hay que ser sosegados y sinceros, sabios aunque no alcances la excelencia siempre, pero al menos intentándolo. Si deseas siempre encontrar la excelencia, quienes te rodean lo reconocerán y te premiarán con la compañía y el respeto. No es fácil conseguirla, pocas veces se alcanza la meta, pero intentarlo es siempre algo muy positivo que produce el resultado del respeto de los demás.