Es inmoral
que las ayudas que nos manden desde Europa para rescatar los bancos españoles los
tengamos que pagar entre todos nosotros, con nuestros impuestos, mientras que si
dejamos de pagar 300 euros a un banco nos puede perseguir con saña y nos
aplique unos costes brutales. Ya se sabe que gran parte de estas ayudas nunca
las podrán devolver los bancos.
Pero más
curioso es que estas ayudas que al final tendremos que pagar nosotros y no los
bancos, se tengan que dar por malas praxis bancarias y financieras. Se las
regalemos por que los dirigentes bancarios de variado nivel han jugado con
nuestros dineros hasta perderlos, han entregados créditos sin control a
particulares y empresas, han apoyado a gobernantes para seguir jugando con sus
inauguraciones sin necesidad.
Y lo increíble
es que nadie tenga temor de terminar en un juzgado, que no haya imputaciones
posibles, que se hayan asegurados jubilaciones tremendas, que tengan
patrimonios repartidos y recolocados. ¿Para qué tenemos leyes?
Y mientras
tanto los ciudadanos seguimos pensando que la culpa es de los políticos, cuando
nosotros somos quien los elegimos, luego, somos como mínimo cómplices
necesarios de estas incapacidades o trampas compartidas.