La bomba de
Oriente Próximo está muy caliente, con altos al fuego o no, pues se retroalimenta
constantemente hasta que la realidad histórica de futuro sea otra bien
distinta. Es muy duro entenderlo y decirlo, pero en las actuales circunstancias
estratégicas y de reparto de territorios, la paz es imposible. Si acaso las
treguas.
Realmente da
igual si a Hamas le ayuda Irán con armas o con asesores, o diciéndole directa o
indirecta en qué momento hay que armarla en caliente, provocando a Israel. Pequeñas pinceladas de
violencia bien diseminada hacen arder los territorios, pues es insoportable
para la paz la actual situación. Mientras tanto los civiles sufren sin sentido
en una situación bélica absurda como todas.
Pero es
imposible modificar la actual situación con la paz. Tremendo. Los débiles no tienes estado
territorial, Palestina no existe, pero si existen unos cinco millones de
palestinos en su tierra. Y unos vecinos muy belicosos con muchas ganas de
apoderarse de Israel.
Las últimas
líneas de la historia no están escritas. Irán, con 10 veces más de población que
Israel, sabe que en una guerra convencional triunfaría. Israel sabe que su única
defensa es una guerra en donde se emplearan todo tipo de armas, siempre y
cuando Irán no las tuviera.
Les esfuerzos
de Egipto por frenar violencias son básicas y lógicas, como lo son los
silencios de Jordania, Siria o Arabia Saudí. Irak no existe, pero en cambo Irán
si tiene ganas de modificar todo el mapa de Oriente Medio. Son las puertas de
Europa y EEUU sabe que en este campo se juegan su control de África y Asia y
del petróleo. Viejas historias viejas, tremendos dramas históricos imposibles
de resolver, década tas década.
El único
camino es intentar la paz provisional, y esperar a que en algún momento seamos
capaces de resolver este tremendo y profundo problema. “Una mayor escalada
sería peligrosa y desastrosa para toda la región”, ha dicho Ban Ki-moon tras
reunirse con Benjamín Netanyahu, Presidente de Israel. La jefa de la diplomacia
de EEUU, Hillary Clinton, ha manifestado que se trabaja para alcanzar “en los
próximos días” un acuerdo de paz duradero que “refuerce la seguridad de Israel
y mejore las condiciones de vida de la población de Gaza”. Son simplemente
palabras, pero realmente todos saben que la paz no es posible, que si acaso, es
posible parar ahora la guerra y esperar otra vez a que nadie encienda la llama.