Debo ser
honesto, y si bien hoy deseo hablar (por mayor conocimiento) de las Asociaciones de Vecinos en Zaragoza,
he de reconocer que no soy un experto histórico de una realidad de gran valor
social y urbano, pero que en los últimos tiempos está derivando hacia otros
caminos. Esto no me impide conocerlas, entre otros motivos por pertenecer a dos
de ellas.
Las AVV son
muy importantes para el tejido social y esto hay que dejarlo claro desde el
principio. Lo que no quita para poder opinar sobre algunas decisiones últimas,
que auspiciadas sobre todo por la baja calidad de la política en España, sobre
todo por la dejadez política de parte de la izquierda, está propiciando un
cambio de importancia de las AVV que de producirse configurará un cambio en la
funciones políticas de estas, que será importante de producirse.
Dicho de otra manera. En la
misma medida en que la izquierda política está “atontada”, miembros de esta
misma izquierda social están propiciando un aumento del poder de las AVV, poco
a poco, pero con objetivos muy marcados. Muchos pequeños políticos que
gobiernan AVV, quieren aumentar su poder a través de las AVV. Es pues una
disfunción de personas de incluso el mismo signo político. Insisto, no me
parece ni malo ni bueno (en principio), lo será si nos equivocamos en los resultados
finales.
En Zaragoza
las AVV están claramente dirigidas por políticos de izquierdas aunque ellos
mismos nieguen que sean personas con gran significado político. Diríamos que el
85% de ellas están gestionadas por políticos del PSOE e IU, y el 15% restante
por políticos del PP y CHA. Todos estos
gestores son personas que se significan con todo su derecho personal (faltaría
más) en periodos electorales, como apoderados, etc. Nada criticable, excepto
que no sea reconocido y admitido por todos. Si, hay independientes y
apolíticos, pero en tan poco volumen e importancia, que significan muy poco.
Estas mismas
AVV están divididas en dos grandes Federaciones en Zaragoza, la FABZ y
Cesaraugusta. Esto ya resulta complejo de asumir, pues las divide y complica,
pero es lo que hay por diversos motivos a los que no voy a entrar. Pero a nivel
estatal no hay referentes (yo no conozco) que una a todas las AVV de España.
Y a su vez
están divididas entre “importantes e históricas” y “pequeñas”. Unas tienen una
importancia social clara, otras son creadas muchas veces por divisiones
internas, por encargos de partidos políticos para obtener poder, etc.
Los afiliados
(socios) de todas las AVV representan más en número que los afiliados a los
partidos políticos. Pero esta cifra siendo cierta, es falsa. Puñetas, qué lío.
Muchas de las AVV hacen actividades con precios subvencionados (o no) para los
que es obligatorio ser socio. Muchos vecinos se convierten en socios o
afiliados para una actividad, pero nadie les da de baja, con independencia de
que ya no paguen su cuota o de que sí la paguen pero nunca acudan a ninguna
reunión o sepan qué actividades hacen.
Lo habitual en
las AVV es que el recambio de sus gestores sea mínimo, y sobre todo que el
acceso a estos órganos sea complejo, aunque también hay que reconocer que su
trabajo es inmenso, su implicación tremenda y resulta muy difícil poder
encontrar personas que puedan dedicar tanta energía para sus vecinos.
Obviedades
que conocen bien los cercanos a las AVV y que sirven para radiografiar un poco
la realidad vecinal en Zaragoza y en España. Si, también en Madrid o en
Barcelona, por poner ejemplos, hay decenas de AVV de diversos tamaños y
colores.
Pero acudamos
a su nueva función, auspiciada por los huecos sociales que está dejando la
política. Tal vez auspiciados por los movimientos tipo 15M o por la realidad
política de las AVV y de los partidos políticos tradicionales, están decidiendo
que deben ocupar un espacio mayor dentro de la política, pero sin abandonar su
papel de AVV en apariencia libres. Es una opción de recambio, pero puede ser
peligroso, pues la AVV no se someten dos veces cada 4 años al examen de TODA la
sociedad a través de unas elecciones municipales o generales, algo que sí deben
hacer los partidos políticos. Si los políticos hacen dejación lenta de sus
obligaciones, y permiten que sea otra fórmula la que vaya obteniendo poder
desde dentro, estaremos creando sin duda otra poder fáctico,
aunque sea de izquierdas y de base. Y digo fáctico por que la función de las
AVV no es ni debe ser o representar, un poder de control, de gestión, de
presión desde dentro, de representación de funcionas claramente definidas.
Las
responsabilidades de las decisiones deben ser de los representantes de TODOS,
elegidos por TODOS.
Las AVV deben
hacer el control desde fuera, la presión desde fuera, la representación de los
vecinos a los que representan. Pero nunca deben ejercer el papel de la
política, sin decirlo. Más cuando ellos mismos son políticos y no lo dicen con
la claridad suficiente a todos los vecinos. Y sé que lo digo desde la facilidad
que me otorga pertenecer a un partido que tiene poco poder en las AVV, lo que
se interpretará con seguridad en que no las defiendo por ello. Pero estoy
hablando de otra cosa. De un cambio de funciones sociales con unas claras
repercusiones en el futuro de la política de todos, que también afectará
negativamente a todos, sobre todo a los grandes partidos.
Podría dar
datos de los cambios que pretenden las AVV en los próximos meses o años, de la
hoja de ruta diseñada en las cabezas pensantes para realizar cambios, pero no
es lo importante pues son hoy poco importantes, excepto que los políticos tradicionales
asuman que es una buena opción de reforma, ahora que parece que todo se quiere
reformar, asumiendo que lo anterior no vale. Ojo pues, que la manipulación en
ambas direcciones puede estar asegurada.
Si las AVV
pierden su sentido, para convertirse en otro sistema de control social y por
qué no decirlo, de poder, estaremos modificando el sistema político, lo que
esto representa en toda la organización del Estado. Recordemos todos que contra
cualquier “acción” siempre hay una “reacción”.