Decimos que
Mariano Rajoy no manda en España, pues nos gobiernan desde Alemania, pero ojo,
también los sistemas de presión, los lobbies que se conocen muy poco y son
españoles, también nos gobiernan presionando en los grandes despachos.
La banca
—según se dice hoy— presionó para que la reforma de la Ley Hipotecaria no fuera
posible, algo lógico si entendemos que ellos defienden sus intereses tramposos,
pero es que hay detrás otra trampa añadida que le hizo inevitable al Gobierno
tener que ceder. Para eso son amigos.
Los bancos
españoles, muy listos y jugadores de laboratorio financiero como ninguno,
empaquetaron las hipotecas concedidas a los españoles, y las vendieron como
cédulas hipotecarias, algo que los inversores extranjeros compran con gusto por
su alto grado de beneficio y seguridad (para ellos). Tu hipoteca hoy ya no la
tiene el Banco Tal, sino un señor de Oregón o una empresa de Tokio, que la ha
comprado (un poquito) empaquetada junto a otras.
Bankia,
con más de 60.000 millones en circulación, seguida por Caixabank, con cerca de
40.000 millones, BBVA con 30.000 millones y el Banco Santander con otros 27.000
millones de euros encabezan este mercado desde España.
¿Qué
es esto? ¿Qué representa?, pues en realidad el miedo. Los extranjeros (o no)
que han comprado estas cédulas hipotecarias empaquetadas (igual que las stock
option de EEUU) tienen preferencia para cobrar. Si al final no se
pagan las hipotecas que sustentan estos paquetes, los inversores extranjeros SI
cobran de los bancos que vendieron estos productos. Por lo tanto, a la deuda ya
reconocida por todos los bancos habría que añadir —para hundirse del todo—
estas cantidades empaquetadas y vendidas. ¿Qué como pueden pagar los bancos si
al final fallan las hipotecas?, pues hay unas cláusulas muy duras, la más
básica es quedarse con una parte del propio banco según el valor real de cada
momento.
Por
eso cualquier cambio en la ley que pudiera afectar a que estos paquetes
sufrieran tensiones, es el nerviosismo brutal de los bancos y presionan hasta
donde no se sabe. Estos paquetes rentan entre el 4,5% y el 6% a los inversores
que los compran y es una manera añadida para que los bancos puedan seguir
sobreviviendo tras un periodo de trampas, apaños, juegos de mano, desmesuras,
descontroles y errores.