Cuando estás
en mitad de una campaña electoral ya sabes qué resultado vas a obtener con
independencia de los sueños y los fantasmas que deseas imaginar. Se palpa en el ambiente y es fácil
detectarlo. Así que el descalabro del PSOE estaba cantado y ellos lo sabían.
Ahora toca recoger
velas en el PSOE, esperar a las elecciones catalanas para tomar las decisiones personales
difíciles, y empezar a construir un nuevo partido socialista, casi desde los
escombros.
Ha sido una
mala jornada electoral para la izquierda. Lo ha sido también para la renovación
de la política. La sociedad ha vuelto a decidir con libertad que quiere
continuidad incluso con las que consideramos inutilidades de gestión de un PP
reformador pero sin rumbo. Ya no vale decir que no nos representan, pues es
mentira. SÍ nos representan, por que así lo ha querido el ciudadano. Otra cosa
es que no nos gusten, pero insisto, eso es otro tema.
El PP ha
obtenido un excelente resultado en Galicia con un buen candidato y una campaña
buena. El PSOE con un candidato mediocre ha obtenido —tras una campaña mala— un
resultado mucho peor al que ellos esperaban. El BNG se lo tiene que hacer mirar
con calma y tranquilidad con varios frentes abiertos entre sus heridas;
mientras que IU debe aprender a que unido a la fuerzas políticas más cercanas al
territorio es capaz de sumar, pero que si va por libre pierde ante fuerzas más
apegadas a la historia. Estos conceptos entre BNG y AGE estoy seguro que no los
entiende casi nadie de los responsables políticos, pero allá ellos. Recogerán
lo que siembren.
En el País
Vasco el PP ha pagado la lógica de sus políticas, al igual que el PSE ha pagado
su falta de carácter estatal, su total hundimiento ideológico. Curiosamente IU
desaparece del parlamento vasco tras su ruptura con Ezker Batua aun con
unos sondeos a nivel estatal que la auguraban un ascenso. Pero la gran duda es
saber cómo resolverá el gobierno el PNV y qué papel realizará EH Bildu con sus
21 diputados.
El
PSOE ha perdido 107.000 votos en el País Vasco desde las últimas autonómicas,
un 33,5% menos de voto. Pero el PSOE en Galicia ha sufrido una sangría peor con
230.000 votos menos que en el año 2009, con una pérdida del 44% de los votos.
Cifras tremendas para un partido que está en la oposición allí y a nivel
estatal. El PP también ha perdido en Galicia 130.000 votos por efecto de la
mayor abstención y voto blanco y nulo, pero esta bajada representa para el PP
un 17%.
Feijóo
ha demostrado ser un buen candidato, alejado de un Rajoy que ha sabido
mantenerse alejado de la campaña y que a partir de ahora verá en Feijóo un buen
aliado para futuros cambios estratégicos.