25.10.12

Qué hacer al recibir una mala noticia, un duro revés, un dolor

No es fácil recibir malas noticias. Aunque las esperes. Te vas adaptando, te las imaginas para saberlas soportar cuando lleguen, buscas planes alternativos, te imaginas sumido en las nuevas situaciones. Pero no es fácil.

La mayoría de las veces eres solo tú quien debe asumirlas y soportarlas bien, para que lo que te rodean no sufran por algo que debes gestionar tú solo. Toca disimular, poner cara de circunstancia y saber salir airoso de los trances duros. Los milagros no existen. Las almas tampoco se ven cuando se las busca. Las justicias son relativas, las personas nos comportamos como nos enseñan y muchas veces las enseñanzas son dirigidas para quedar estigmatizados en la manipulación.
Es muy complicado sobresalir, salir tan siquiera. Pero la obligación es respirar profundamente, tomar impulso y salir airoso desde la pequeña abertura que nos deja la ventana entreabierta. Posiblemente lo que quieran es que te hundas y no debes darles la razón.

Si la mala noticia te viene de repente, las soluciones son peores, pues nadie te ha preparado para soportar el dolor  urgente, el que viene de sopetón y para el que no estás preparado. Aquí sacar el dolor, deshogarte, demostrar que te afecta y vaciarte de duelo, es fundamental. LLorar funciona para vaciar la rabia. Vendrán tiempos mejores, tiempos más calmados en los que podrás sacar conclusiones y resolver los nuevos caminos. Siemrpe hay metas esperándonos.