El responsable en Europa de
Chunta Aragonesista, Miguel Martínez Tomey, ha defendido en Bruselas el
ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo aragonés y la
"devolución de los poderes que históricamente tuvo antes de su violenta
anexión al Estado absolutista en 1707". Según CHA, la reivindicación de
este derecho se hace ante la "involución autonómica y el retroceso de los
derechos sociales y democráticos que está llevando a cabo el gobierno
español".
Pero lo cierto es que la
palabra “autodeterminación” produce cierto temor entre la población en general.
Asocian autodeterminación con independencia, separación, ruptura. Y no es así,
lo que nos lleva a tener que explicar algo más, sobre qué es la
autodeterminación, según mi punto de vista.
Yo creo firmemente en el
divorcio. Defendí esa ley aprobada en la España de la Transición en el año
1981. Pero llevo 34 años felizmente casado y no creo que me divorcie nunca.
Conozco a personas que hoy viven peor que cuando estaban casadas. Y personas
que viven mucho mejor aunque tuvieron que pasar un periodo complejo. Pero la
libertad individual, colectiva, como sociedad, como país, está por encima de
todo temor.
En la historia han
existido siempre la rupturas. Y en España siempre han ido acompañadas de sangre
inocente y civil a borbotones. ¿No vamos a ser nunca capaces de dotarnos de
mecanismos pacíficos para preservar todo tipo de posibilidades?
La autodeterminación es
la facultad de un pueblo, de una sociedad, para decidir sobre su futuro. No
obliga a nadie a emplearla, basándose en que nadie es esclavo de nadie, y
asumiendo que las naciones se van formando según las personas deciden qué
camino emprenden para hacerlas avanzar sobre su propia historia.
El Derecho a la
autodeterminación figura en la Carta de las Naciones Unidas, aunque no figura
en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Es una potestad que nos
debemos dar las naciones para ser más libres, para que cuando decidamos estar
juntos varios países, sea libremente, sin que nadie obligue a nadie. ¿Hay algo
más maravilloso que la consideración mutua que se tiene cuando varios grupos
sociales saben que están unidos por que así lo deciden la mayoría cada día,
cada año, simplemente respetándose?
Hoy estamos en un proceso
de autodeterminación para agruparnos a Europa e ir perdiendo nuestra identidad
independiente como Estado. Estamos decidiendo qué queremos ser en el futuro
como país, como Estado. Y lo vemos lógico y en gran medida positivo. El proceso
contrario debería ser también sencillo, ordenado y lógico. Nunca quiere decir
eso, que aprobado un procedimiento de autodeterminación, automáticamente se
decidan a separarse todos los países que ya conforman la unidad de España.
¿Para qué lo harían? Hoy la sociedad española analizada en su conjunto o por
comunidades no está por la separación de España. Hoy. Si avanzamos hacia esa
posibilidad de ruptura será responsabilidad de todos.
Se habla con seriedad que
estos temas son muy graves y serios, que es mejor no abrir la puerta que les de
luz, que con toda seguridad no traerían más que problemas añadidos. Con
sinceridad social, no entiendo el motivo por el temor hacia unos procedimientos
que servirían para conseguir por la paz lo que si se empeñan unos y otros lo
pelearán con las violencias. Que no se nos olvide que estamos hablando de
sociología, de psicología social, de historia de los pueblos.
Se escuchan con el tema
de Cataluña muchas voces temerosas, algunas con ganas de engañar al conjunto,
otras con odio y algunas con respeto. Cataluña separada de España (que no
sucederá nunca a poca inteligencia política que tengamos la sociedad española)
pertenecerá a Europa, faltaría más, Le abrirían las puertas posiblemente con
más rapidez con las que se la intentaríamos cerrar en España. Es lo lógico,
excepto que Europa deje de existir como ente globalizado, como nación de
naciones.
Templemos gaitas,
respetemos las acciones que podamos emprender con la boca, para no encontrarnos
con reacciones de respuesta. Entendamos a España en su historia y en su forma
actual de ser, y aprendamos a valorar más a la parte de España que por su
historia, sus leyes, su personalidad, quiere ser respetada en su diferenciación.
Eso no tiene nada que ver con la independencia. Al menos de momento o mientras no
se equivoque gravemente nadie con mando en plaza.