Ayer La 1
entrevistó a Rubalcaba y hoy Telecinco lo ha hecho con Soraya de Santamaría
para demostrarnos que el otoño viene con nueva imagen, con deseos de explicar.
Bien o mal, pero de explicar para calmar.
Ambos líderes
han estado mejor que la entrevista de la semana pasada a Mariano Rajoy. Ojo con
Soraya, que viene con ganas y capacidades de comunicar. Es la maestra de
escuela si hablamos en plan sencillo o la Merkel española si hablamos en pan
más técnico. Dura por dentro, blandita y con capacidad de convencer a la
sociedad tranquila por fuera.
Rubalcaba
ayer demostró sus muchos años de batallas, de escuela política, de saber salir
airoso de las peleas de cerca. Los periodistas volvieron a estar blanditos y no
cambiaron su comportamiento que ya habían empleado con Rajoy. Aunque la
entrevista de Rubalcaba ha estado más eficaz por la largas respuestas del que
ya venía aprendido de casa, se ha vuelto a demostrar que una entrevista a 6 no
es más que una rueda de prensa sentados, en donde se saca poca chicha.
Ha dejado
claro Rubalcaba dos cosas por si se tenían dudas.
Que
cree que hay que avanzar hacia una España federal.
Que
piensa que no es interesante para ellos un acercamiento a IU
Pocas o casi
ninguna solución al desempleo, a la crisis, a la desafección política, a la
herencia dejada. Su gran déficit es la imagen de una persona quemada, que acabó
su recorrido y ahora es incapaz de dejar paso a nuevos líderes, que aun siendo
peores a la hora de comunicar, trasmiten más confianza.
Diréis que
siempre hablo de comunicación, como si fuera lo imprescindible en un líder, y
diré que casi. Hay dos asuntos que me parecen claves en un gran director de
orquesta.
Que
sepa trasmitir y ordenar bien lo que depende de él.
Que
sepa formar equipos que trabajen lo que él diseñe.
Un director
de equipos no tiene que ser el que más trabaje, el que mejor ponga ladrillos,
el que más rápido construye una pared. Lo importante es saber formar un grupo
capaz de funcionar bien. Y ahora me voy a referir a la entrevista hacia Soraya
de Santamaría.
Su tono es
casi único y eso es un activo en política. Es dura, pero habla calmadamente, con
tono bajo y sin velocidad, queriendo que todos le entiendan. Saben muy bien a
quien se está dirigiendo, era una entrevista por la mañana y lo tenía claro.
Controla como Rubalcaba los gestos pero no para evitarlos sino para diseñarlos.
Interactúa bien con la entrevistadora y responde a todo, lo cual es un activo
muy válido.
Para ser
populista se puede ser de dos maneras. Vociferando los temas que quien escucha
quieren ver en su boca; o bien empleando las palabras justas pero contundentes
que ya emplean las personas de la calle en sus diálogos comunes. Soraya emplea
este segundo sistema y puedo asegurar que le encaja muy bien a su figura y a
una forma de hacer política diferente. Ojo con su futuro.
Por cierto a
Rubalcaba lo vieron casi 3 millones de personas. Menos que a Rajoy pero en una
cantidad muy elevada como para no cuidar con mimo este tipo de apariciones.
Quien sale en la tele triunfa o fracasa, pero depende de él mismo.