La Casa Real se
equivoca acertando. No debería nunca haber entrado en la publicación de cartas
en su Web señalando con el dedo errores y tomando partido aunque sea por un
asunto tan importante para su figura como la posible o imposible “Unidad de
España”, por muy claros que estos sean. Efectivamente la gran duda es delimitar
para qué tenemos la institución de la Monarquía, pero es que la Constitución lo
deja casi claro y entrar en estos asuntos es complejo de entender por todos.
Por una parte se le prohíbe entrar en política partidista, pero por otra se le
pone de garante en la unidad de España.
La realidad de
que es un error me da la razón al leer las reacciones. A la inmensa mayoría de
españoles les parece muy bien que el Rey entre en estos temas y plantee sus
dudas y opiniones, que incida sobre la
unidad de España de forma casi directa, empleando palabras que los que tienen
que entender, entienden perfectamente. Pero esa inmensidad deja (muy) fuera
precisamente a los que opinan diferente a él, y esto no es bueno (insisto hasta
cansarme) pues cuanta más acción, más reacción. Nada ayuda más a los que ya
quieren la independencia que estas palabras del Rey.
Emplear la
web para mandar mensajes, opiniones, puntos de vista, para comunicar con todos
los españoles me parece en cambio un acierto, que los gobiernos nacionales no
saben hacer por incompetentes. Son tiempos de hablar, de decir, comunicar,
intercambiar, escuchar, de ponerse a trabajar por lo que todos sabemos
que está mal y que hay que modificar más pronto que tarde. Sin imposiciones,
pero sí con muchas horas de trabajo.