Uno puede
tener las ideas políticas que le acompañen desde niño, pero escuchar a Julio
Anguita sigue siendo un detalle de buen gusto, pues plantea lo casi imposible,
al acostumbrando todos a la modorra política, a la desafección y el abandono en
manos de muchos jetas y unos pocos tontos la gestión de lo público.
Seguimos amodorrados,
pero nos seguimos quejando en la barra del bar. Me da igual si eres de derechas
o de izquierdas, si algo no te gusta, joder, aprender a quejarte en donde debes,
aprende a que tu queja sirva para algo. Queda prohibido quejarse de postín, de
morro, de comodidad, de nada.
Lo ha dicho
muy bien un julio Anguita mayor pero no por eso viejo. Le (me) da igual si es a
través de Cáritas o del movimiento Comunista, lo importante es ayudar a los
demás, a la sociedad, a que esto cambie por el bien de todos los que menos
tienen. Estar amodorrado es pecado por omisión. ¿Tienes dudas?