Yo no sé si podré hablar del rabino nacionalista y ultra religioso de Israel, Zvi Tau, sin tener miedo de que me persiga a gorrazos por verme poco “hombre”. Sería terrible, a mi que me gusta leer y escuchar música. Me dicen que el de la foto es él, por si os apetece besarle.
Ha dicho el presidente de Har Hamor Yeshiva, con sus dos bemoles bien puestos que: "Educar mucho a las mujeres daña la calidad de la vida de una nación". La mujer debe ceñirse a su "hábitat natural", la casa, porque no ha sido creada para dedicarse a "las profundidades de la ciencia y la moral". "La casa es el hábitat natural de la mujer para la expresión de sus tendencias especiales (...) y no el ámbito de la actividad social. En casa, sin el bullicio (...) es donde una mujer puede vivir su vida plenamente".
El varón es más racional, mientras que la hembra más emocional, por lo que ésta debe olvidar "las profundidades de la ciencia y la moral" y dedicarse a dar a luz y criar niños, señala. "Es su vocación natural y Dios ha creado en ella las cualidades necesarias y una orientación interior para estos asuntos", explica en Zvi Tau en pleno éxtasis, añadiendo que los hijos de madres que dedican tiempo a su carrera profesional serán "débiles y flácidos". Y eso si, avisa que esto no es discriminar a la mujer, es ponerla en su sitio, en el camino de la vocación natural que Dios le entregó junto a sus talentos naturales. ¡Jodo!
En pocas palabras. La mujer en casa, sin leer mucho que luego le salen los hijos flácidos; y sin poner música que el bullicio la atonta mucho. Joder qué tedioso ¿no? Ahora resulta que ser mujer en Israel puede ser de lo más aburrido si se imponen estas tesis tan ¿religiosas judías?