Hoy MAFO en
el Congreso nos ha confirmado lo que ya sabíamos por puro sentido común. Que la
solución adoptada para Bankia ha sido un fracaso de gestión, que Guindos la ha
pifiado, que Goirigolzarri anunciando que necesitaban 20.000 millones
asustó a Europa hasta donde no sabemos, que todos se hacían la misma
pregunta que me hice yo, que soy el más tonto de todos. ¿Y de donde vamos a
sacar tantos millones?
Si Zapatero
tuvo que retroceder ideológicamente para recortar cinco mil millones, ahora venían
los nuevos y se descubría un agujero en un banco que parecía la perla del
tesoro, del tamaño enorme de 20.000 millones de nada. Y se mandaba a su casa al
que había sido Presidente del FMI como responsable de este desaguisado.
¿Qué somos
los españoles?, pensaron en Bruselas todo acojonados. Y se ponía de nuevo
gestor a un buen hombre que lo primero que hacía era asustar a Europa y reírse
de la gestión anterior que no había visto el roto. Increíble, que en esto de lo
que hablamos es lo mismo que NO creíble. ¿Cómo estarían el resto de entidades?,
pensaron con urgencia los que nos habían prestado la pasta para seguir
viviendo. Y efectivamente desde Bruselas llamarían a Rato, con el que les unía
una buena relación de años y le preguntarían por la verdad de su despido y de
España.
A partir de
este error de infantil vino la grave crisis de identidad, serenidad y
personalidad creíble, para un país que ya estaba herido. Lo peor que te puede
pasar cuando estás enfermo es que no te crea el médico, que sospeche que le
estás engañando.
Este asunto
encaja perfectamente con el de los impuestos. Desde este blog somos fervientes
defensores de una idea de impuestos más redistributivos pero también mayores y
así lo hemos indicado en alguna ocasión, si lo que queríamos era mantener un
sistema de bienestar como el que ya teníamos (hoy ya no queremos nada que no
sea no asustarnos). Pero los impuestos se deben subir cuando la economía está
en ascenso, cuando el dinero corre entre las manos. En cambio cuando hay
depresión hay que bajarlos o al menos estructurar de otra manera los impuestos
para que se llegue a una cantidad suficiente de recaudación. Si ahora hay al
menos entre tres y cuatro millones más de personas sin trabajo de las
consideradas normales para la economía de España, son unos ingresos en IRPF,
Seguridad social y consumo (IVA) que no se realizan. Si pensamos que cada
persona es el ingreso familiar de aproximadamente entre una y dos personas más,
ya tenemos entre 6 y 12 millones de españoles que consumen menos e ingresas
mucho menos al Estado. Si asustamos a jubilados y funcionarios nos vamos a
otros 10 millones de personas más, que quedan tocadas por la crisis real. Luego
están los que se contagian del miedo.
Podremos
subir IVA o los impuestos que consideremos más bonitos para recaudar a las
clases medias, que son siempre las que pagan, pero no se subirá en recaudación.
No se ataca el principal problema, el desempleo. Estamos dedicando meses y
meses en intentar salir de una crisis por el camino de la recesión, del control
del déficit, de pagar a los deudores con intereses que son 7 veces mayores que
los que pagan los alemanes por su deuda. Pero no creamos empleo y lo seguimos
destruyendo. Volvamos al sentido común. No hay que ser ministro para ello.
Así no
saldremos de esta.