Nos
preguntamos para qué sirve un rescate financiero hacia España desde Europa. No sabemos
bien qué supone el rescate y en qué nos cambiarán las situaciones que hoy
tenemos como propias. Un rescate ya
no es un préstamo normal de un mercado libre hacia una entidad o gobierno que
necesita liquidez; es una refinanciación de la deuda que ya se tiene por dar
síntomas de que no vamos a ser capaces de poderla pagar, eso si, con unos
intereses más bajos que los que marca la prima de riesgo.
Digamos que
en ese caso ya no estaríamos tan pillados por la famosa prima de riesgo. Nos
bajaría el interés, lo cual es bueno, a costa de muchas otras cosas, que “SI”
son negativas. Irlanda paga por su rescate un 5,8% y la prima de riesgo suya
está hoy en un 8,2%. Pero un rescate no es tener MÁS liquidez para poder
reactivar la economía ni para poder prestar más, es una refinanciación de la
deuda que ya tenemos, al menos en principio, para garantizar a los prestamistas
que SI cobrarán, y de esa forma asegurarnos que nos seguirán prestando. Si no
admitimos el rescate, llegará un momento (como le sucede a Grecia) que cuando
vaya a pedir dinero prestado no se lo quieran dar los mercados y no pueda pagar
ni sueldos públicos ni jubilaciones, pues el Estado no tendrá liquidez.
Le primera medida
negativa que tomarán con España será que nuestra economía, nuestros
presupuestos serían vigilados y diseñados por técnicos europeos. España y sus
gestores no tendrían el poder libre de diseñar sus propios Presupuestos
Generales del Estado. En Italia exigieron poner a un técnico al mando del
Gobierno.
Esto supone
bajar el gasto público hasta los límites necesarios para que España pueda pagar
SU deuda. Bajarán gastos en sanidad, educación, prestaciones sociales,
militares, obras, investigación, etc. Parecido a lo que ya nos sucede pero
elevado hasta donde sea necesario para que cuadren SUS cuentas, manejadas por
técnicos extranjeros.
Privatización
de todo tipo de empresas y servicios públicos españoles para obtener liquidez
de forma urgente, sin esperar al mejor momento de salida al mercado. Venta de
activos al mercado exterior como medida más beneficiosa para lograr ingresos
exteriores. Por ejemplo vender bancos que se tendrían que fusionar con
entidades extranjeras, empresas de transportes, aeropuertos, etc. Pasarían a
ser propiedad de otras empresas privadas extranjeras, pues así entra dinero
nuevo en España.
Utilización
del fondo de la Seguridad Social para refinanciar parte de la deuda pública
española, lo que haría perder este colchón, que por cierto no sabemos bien en
donde está invertido hoy. Revisión profunda de los costes laborales para
simplificar contratos y cotizaciones a costa de cambiar manera de cotizar para
jubilaciones, desempleo o enfermedad. Profundización de la reforma laboral (todavía
más)
Cambios
profundos en la forma de producir, en la manera social de entender nuestras
relaciones sociales y laborales, de formación e implicación social, de horarios.
Parece buena medida, pero estoy seguro que a muchos millones de españoles les
parecerá brutal.
Subida del
IVA hasta el 22% y cambios entre productos de los diversos apartados del IVA
para subirlos (hoy comer en un restaurante o tomar un café cotiza al 8% y
podría pasar al 20%). Subida muy alta de impuestos especiales. Copagos o
repagos en varios asuntos y no solo en medicinas.
Intento de
que entren en nuestra economía capitales exteriores por todos los medios
conocidos o no conocidos. No es lo mismo (por poner un ejemplo) vender un
apartamento de costa a un español por 150.000 euros que venderlo a un alemán
por 90.000 euros. Desgraciadamente se gana más (en estas situaciones de
rescate), si se le vende a un alemán.
Desaparición
de Diputaciones, municipios menores de 500/1.000 habitantes y fusionando
algunas comunidades autónomas para simplificar el mapa administrativo. Cierre
de servicios duplicados en la nueva reordenación, desde Universidades a Hospitales,
cuarteles de la Guardia Civil o Aeropuertos, juzgados u Oficinas
administrativas. Incluso reordenación legislativa o electoral lo que modificaría
el mapa representativo.
En caso de
que nada funcione, salida del euro, devaluación de la nueva moneda e incluso
reingreso al euro al poco tiempo pero con nuevo valor de cambio. Hay otra
manera de devaluar las monedas, que son más lentas y con más conflictos
sociales. Bajar los sueldos. Si mañana aplican una bajada del 20% al SMI e
igual cantidad a los sueldos de los funcionarios, recomendando que lo hagan las
empresas privadas, estaremos devaluando la moneda de facto. Ojo, ¡cuidadín!, no
digo que sea bueno, digo lo que se haría si nos rescataran, nos guste o no nos
guste, lo hagan con vaselina o de empujón.
Vamos, que si
nos tienen que intervenir, vamos dados. Lo cual es una muestra clara de que a
muchos inversores, financieros especuladores, amigos de los laboratorios del
dinero, o golpistas de estado sin fusiles, les parece de perlas que nos tengan
que rescatar y por ello presionan hasta no poder respirar España, pues saldrán
ganado lo que ahora se ve y lo que se intuye pero no se ve todavía. O estamos
muy listos o nos joderán de lado y sin rechistar.