Todos somos conscientes del gran perjuicio que produce a la economía el absentismo laboral: a las empresas, a la Seguridad Social y a las propias personas.
Y todos hablamos de implicarnos en reducir estas cifras que habían ido muy en aumento en los últimos años antes de la crisis. Pero hay muchos tipos de absentismo laboral y no todo ni el más costoso para cada una de las partes —y complicado para resolver—, es el de las bajas médicas.
Toda baja médica requiere un médico que aprueba esa necesidad, que es cierto, puede ser presionado o engañado, pero que en la inmensa mayoría de los casos, incluso sabiendo el doctor que no hay motivo real para esas bajas médicas, sabe que detrás sí que existe una causa muy posiblemente psicológica para otorgar ese descanso. No siempre valoramos las causas psicológicas a la hora de resolver problemas, y muchas veces al acudir al médico de familia a solicitar una baja lo que se hace es gritar y solicitar ayuda, un espacio de descanso, un periodo corto de tiempo libre para retomar el aire. Efectivamente, luego están los jetas profesionales que aprovechan esos días para pintarle el piso a un amigo. También hay ladrones entre las personas que visten con traje y no vamos por la calle deteniendo a todo el que viste con traje.
Pero muchas veces la peor abstención laboral no es la de la baja médica, que pagamos entre todos, pero de manera repartida. La peor baja laboral es la que se toma el propio trabajador sin abandonar el puesto de trabajo, convirtiéndose en una columna sin implicación laboral, en un auténtico autómata sin decisión personal, con una escasa participación y con muchos tiempos muertos en su jornada laboral. Todos nos estamos imaginando a trabajadores públicos, algo mal hecho, pues se da también en numerosas empresas privadas, con personas de cierta edad y bastante problemática para ser corregido o incluso despedido. No son personas jetas, son simplemente personas quemadas, que han perdido la ilusión laboral, que resulta muy complicado volver a motivar, que son un problema para la empresa por ellas mismas y por lo que representan para sus compañeros.