Hoy en el ABC Teresa Sánchez avisa de lo mal que estamos sabiendo defender la “marca España” de cara al exterior. Es cierto que no es nada nuevo, que en el fondo se esconde una mala actuación en las últimas décadas, con cambios en las políticas exteriores, con saltos que se han movido sin un rumbo fijo mientras caíamos en los tópicos, en lo fácil, en la broma a veces, en la poca severidad y contundencia mientras se metía la pata una vez si y otra tal vez.
No hemos sabido elegir a los amigos y en cambio nos han ido creciendo los enemigos, pequeños o no, que se aúpan sobre montículos que hemos ido edificando nosotros.
¿Qué podemos hacer?, sin duda analizar con seriedad la política exterior, consensuarla entre instituciones y todas las fuerzas políticas, reunirse mucho más entre todos, ofrecer unidad y plantear cambios sobre “marca España” mucho más profesionales y serios.
Nunca se debería haber cometido el error de negar a la Reina acudir a Gran Bretaña. Punto, sin concesiones a opinión diferente. Con lo que está cayendo encima de todos, joder, mesura, simplemente no mover los muebles más, para no hacer ruido. Más contundencia real con el tema de YPF en su minuto, aunque sea a coste de pérdidas. El chulo de la clase siempre ha tenido capacidad de impresionar.
Mucha más escenificación de unidad y de diálogo, de explicación pedagógica, de equipo. Cueste lo que cueste tragarse los sapos y las babas. “EQUIPO”.
España es capaz, es muy válida, tiene grandes éxitos sociales, ayuda a sus amigos en donde se le pide ayudar, no está en el mismo paquete que Grecia o Portugal. Nunca debería haber peleado por ser más que Italia. Menos amigos de Iberoamérica y Oriente Próximo o Norte de África y mucho más amigos de Europa y EEUU. Aunque el corazón nos diga lo contrario, aunque nos tengamos que tragar los sapos crudos de nuestro corazón.
Menos toro, mucho menos “España es diferente”, y mucho más “somos un país muy serio”. Mucha menos economía negra, más contundencia contra los jetas, más calidad en nuestros servicios, mejor justicia contra los defraudadores sean empresarios, políticos o sacerdotes. Mucho mejores gestores políticos y una sociedad más implicada con su “cueva” y menos con el fútbol y la prensa rosa. Más cultura y educación, más I+D+i y menos juerga aunque sea en apariencia. Menos gritar y más sosiego, más aprender a escuchar y más respeto entre nosotros.
Con la que está cayendo y no hay atisbos de consensos, de reuniones serias de trabajo entre todos, de intentar salir por nosotros mismos de cada una de las situaciones creadas simplemente por que no se nos respeta. Efectivamente los especuladores juegan a realizar negocios contra los más débiles, luego hay que dejar de ser débiles. Empezando por cambiar ambos partidos todos los interlocutores que salen a pelear en los medios de comunicación, dividiendo las pocas posibilidades que tenemos de ofrecer seriedad y calma.