Es domingo ya. Estoy ansioso por leer dentro de unas horas las páginas salmón de El País. Buscaré informaciones económicas que me den luz. No creo que las encuentre. Estoy convencido que ahora lo que toca es salvar los muebles, defender a los amigos, sacar los dineros que hay en los bancos y rezar. Somos muy dados a las dos cosas. Huir y rezar. Somos la mezcla de miedosos y culpables, nunca de osados ni de responsables. No asumimos los errores, no entendemos casi nada, no queremos saber nada más que no sea lo que nos afecta a nosotros mismos. No es egoísmo, es ignorancia mezclada con irresponsabilidad.
Me he convencido. Mañana no compraré El País; a cambio leeré las noticias rosas de alguna famosa que se divorcie y haré el sudoku de algún periódico fácil. Yo tampoco me quiero complicar el domingo.