Nadie dijo que un anuncio en donde se rebajaba el precio de un producto no tuviera que ser además simpático. Se entiende que el gran gancho de un cartel que rebaja el precio de algo es precisamente su nuevo precio, pero aquí Ikea añade un poco de todo. Empieza por decir, avisar, que son albóndigas pero ojo, suecas. Nos dice que 10 albóndigas costarán 2,95 euros en vez de 4,95 euros, una gran bajada de precio. Pero además nos avisa que con 1 euros más nos añade otras 5 albóndigas más. Vamos, que con 3,95 euros nos metemos entre pecho y espalda 15 albóndigas con mermelada de arándanos y puré de patata y una salsa indeterminada. No queda nada claro su entra el perejil en la oferta. Menos mal que son pequeñas las albóndigas, pues anunciar 15 en un solo plato puede parecer un abuso a la gula.