La posición de la Monarquía en España se tambalea aunque se tape con disimulo e incluso algo de miedo ante el precipicio. España no se ha preparado para ser una República y eso crea un vacío mental que no deja de momento muchas soluciones a mano.
Que un Rey se vaya a cazar elefantes puede ser incluso lógico si lo vemos desde la perspectiva del siglo XVIII ó XIX y con los añadidos de despotismo, falta de trasparencia y pocas posibilidades de informar a sus súbditos, pero con muchas ganas de dejar claro quien es el que manda. Pero en una España del siglo XXI, con la que nos está cayendo a todos, con una crisis policía y económica muy dura para España, irse a cazar elefantes es de hacérselo mirar con calma. Demuestra un ¿despotismo? por parte del protagonismo y una ineficacia total por parte de los asesores familiares, que asombra y preocupa.
Nunca se debe ir una persona con 74 años y problemas de salud, a cazar elefantes pagando una pasta gansa ¿de su dinero?, hasta un país en el quinto c…, si su trabajo es ejercer de Jefe de Estado de un país con problemas. Demuestra una serie de fallos de todo tipo, que deberían hacerse mirar; por su futuro más que por nada.
Yo me imagino al responsable de comunicación de la Casa Real cuando recibió la mala noticia, poniéndose las manos en la cabeza o en la cintura y preguntándose: ¿Y ahora qué hago yo?
Ha sido una semana muy mala para la monarquía, está siendo un año nefasto para el futuro monárquico en España, las setas venenosas crecen por doquier, sin poder atajar los dolores de cabeza. La obligación de los políticos es prever los problemas y diseñar las futuras soluciones antes de que las prisas nos obliguen a tomar malas decisiones. Que cada uno se tome su deber como quiera y sepa, pero no me imagino este problema enquistado durante muchos años más, lo que nos obliga a todos el ir pensando novedosas soluciones. La culpa no es de la sociedad que se queja, sino de los que no saben usar y mantener la responsabilidad que se les entrega.