La cartelería política es una constante en la publicidad de comunicación política, pues muchas veces se busca la calle como vehículo para trasmitir ideas y para convocar a la sociedad a actos o manifestaciones de todo tipo. Si a eso le unimos el clásico uso de la cartelería electoral, vemos que en política una constante —tal vez algo caduca ya— sea el uso de grandes espacios, con su particular manera de diseñar las ideas y los mensajes. Un cartel necesita un mensaje claro, una imagen o dibujo que acompaña y resalte esa frase del mensaje y una información complementaria sobre quien publica esa información, el logotipo del convocante como otra manera de firmar el mensaje y cartel y sin duda las fechas y lugares de las convocatorias. Casi todo se da en esta cartel de México “No dejes que callen tu voz” de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México. No es un cartel agradable a la vista, peor precisamente busca eso, la dureza del silencio provocado por el miedo, por el mal uso personal de la libertad al menos de decir lo que se piensa.