Los sustos económicos no cesan en España y la gran pagana será la sociedad tras los graves errores de todo tipo cometidos por los gestores pasados y presentes. Restar 3.000 millones en educación en un año es casi imposible sin que se note una barbaridad. Más alumnos por clase supone menos profesores, restar los profesores de apoyo en la escuela pública es bajar en calidad; suprimir todo proceso de incluir las nuevas tecnologías de la aulas, suprimir las becas, restar de investigación en la Universidad, no crear escuelas nuevas ni de lejos, optimizar los horarios de los profesores aumentando el tiempo para que se dediquen a más actividades, suprimir ciclos formativos de FP o carreras universitarias con menos alumnos de los indicados, endurecer los procesos de admisión en la Universidad.
Es un empuje por la puerta de atrás para la escuela concertada con el peligro de que baje seriamente la formación en grados medios y superiores, FP o Universidades. Puede parecer inevitable por imperativo europeo, pero la sociedad española va a salir perdiendo. Pero lo que está claro, cada vez más, es que ya no mandamos en nuestra macroeconomía, que España está de facto intervenida por su dificultad para pagar sus deudas, y que los futuros serán muy complicados e impredecibles.