15.3.12

Qué debe hacer la izquierda para ser más útil a la sociedad

La izquierda en España pero también en Europa, está atravesando su particular desierto. La debacle del PSOE que todavía no ha terminado, no es lo único que debe preocuparnos, pues antes esta misma organización se dedicó a destrozar otras opciones de izquierda y a ponerles zancadillas en aquellos lugares en donde coincidían unos gobernando y otros en la oposición. Los peores enemigos políticos del PSOE no eran entonces el PP sino otras fuerzas de izquierda. Ahora toca recoger los frutos.

La sociedad está desencantada pero no por igual. Sobre todo contra, por, desde, con la izquierda. Y ahora toca buscar soluciones, algo que con la reflotación de Rubalcaba por parte del PSOE no parece labor fácil.

Debería existir YA una “Plataforma” al más alto nivel político progresista, formada de igual a igual por dirigentes de todas las izquierdas nacionales y nacionalistas, que se constituyeran como confluencia progresista para tener ideas básicas comunes. No debería ser obligatorio pertenecer a ella, pero si muy necesario, lo que crearía dos bloques bien distintos: los que están por la unidad y los que están por su propia personalidad, con todas las ventajas y riesgos de ambas posturas. Esta “Plataforma” o “Platajunta” —prohibido pensar en el pasado— no debería suponer la desaparición de cada una de las personalidad de cada partido político. Incluso no debería entenderse como una presentación conjunta ante próximas elecciones, aunque sería lo deseado. Pero si la puesta en común de sus actuaciones, de sus fuerzas, buscando sinergias, apartando lo que les pueda separar y acercando lo que les une. 

Ejemplos que han funciona en España hay varios, e incluso que con el tiempo se han ido disgregando. Pero en sus periodos de funcionamiento están realizando una labor excelente para defender los intereses de la parte de la sociedad a la que representan.

¿Cómo es posible unir en una Plataforma común a un gran número de pequeños partidos junto al que se admite como un gran partido nacional?, pues con mucha generosidad por parte de quien más tiene que perder o que ganar. Es cuestión como en casi todo en sociedad, de saber dividir bien las competencias, en saber distribuir bien el poder, en saber posicionar bien a las personas que deben gestionar lo que resulte de esta nueva posibilidad. Y admitir que a partir de ahora todo será —puede ser— diferente, si no actuamos en consecuencia.

Mientras el PP, pero sobre todo la sociedad progresista española, no observe que hay luz en el túnel de las izquierdas españolas, no se podrá ser útil en la política española desde el progresismo. Hay que admitir de la gran dificultad de esta posibilidad, de lo alejada que hoy está de las mentes de los dirigentes de cada una de las organizaciones políticas progresistas, pero que no nos quede duda, que por muy alejado que esté un dirigente de izquierdas de otros dirigentes de izquierdas, más alejado está un ciudadano de izquierdas del partido político que le representó en otros tiempos.