La publicidad se basa mucho en los textos que acompañan a una imagen, a un diseño gráfico que debe motivar al lector hasta obligarle a terminar de verlo. Un anuncio no se termina de contemplar si no se lee bien su texto. Por eso es fundamental lograr la atención de los lectores durante los segundos necesarios para que de tiempo a que leen el mensaje completo. Si esto no es posible, es fundamental que al menos el logotipo sea visible lo suficiente como para que le queda al lector cliente en la retina.
Los anuncios efectivos no llevan mucho texto, más bien las tendencias actuales es colocar muy poco texto pero muy elegido, pues cada vez son menos segundos los que dedica el lector a contemplar un anuncio, por saturación. Una frase larga como la de la imagen de arriba no tendría mucho éxito en un anuncio, a no ser que retenga desde las primeras 2/4 palabras o esté acompañado de una imagan que por atracción obligue a leer hasta el final el texto, en busca de un significado al anuncio, a la marca.