Se habla de un resurgir en el movimiento 15M, de una vuelta a la calle, ahora que vuelven los calores primaverales. Un momento, antes de insultarme, dejarme decir dos cosas. Lo que se inició el 15M merecía más seguimiento, más respeto incluso por los que lo lograron, dando mas organización y vida a un movimiento que debería haber sido más duradero y con más peso político.
Hemos degradado tanto la palabra “político” que hasta los que quieren modificar la política, huyen de ella, sin saber que sin ella no hay nada que no sea la anti política y que esta hasta el momento siempre se ha demostrado violentamente fascista y dictatorial. Si no gestionan los políticos, siempre, siempre repito, han gestionado los militares. ¡¡Jodo!!
Así que lo siento, pero el movimiento 15M me pareció maravilloso, lo observé largamente en varios días consecutivos en Madrid —algunos en Zaragoza pero mucho menos—, en días consecutivos y en diferentes visitas; lo vi transformarse en Madrid e incluso cambiarse de lugar en busca de no sé bien qué y cambiar hacia la nada, me imaginé su final y acerté en que el camino emprendido lo habían logrado desactivar desde dentro a costa de enmarañar todo para no darle salida. Fue un gran sueño que pronto empezó a tener sombras, hasta que algunos lograron enredarlo en sí mismo.
Los más listos de los listos juegan a meter virus en los ordenadores personales de nuestros cerebros y así lograr dominar nuestros pensamientos y con ello nuestras decisiones. Que ahora vuelva el movimiento 15M no servirá para mucho, creo, pues las respuestas serán bien distintas, pero también la virginidad de su planteamiento social será otro y el momento histórico muy distinto. Las aguas de los ríos libres no pasan dos veces por el mismo sitio.