No me gusta el punto de cocción al que ha llegado el PSOE en la entrada de su Congreso de Sevilla. Esperaba un tercer candidato más ilusionante, más de futuro, más socialista y líder. Con Chacón y Rubalcaba la sensación mía para un futuro del PSOE en su travesía del desierto, es la de cuatro años perdidos en busca de otro momento más idóneo para hacer el recambio necesario.
No me entra en la cabeza que Rubalcaba pueda liderar el futuro, aun sabiendo que podría ser una buena persona. Pero para el futuro se necesitan ganadores y no perdedores. Su momento pasó y ahora debería tocar el descanso y si acaso el asesoramiento, nunca la gestión.
No me gusta Chacón pues la veo floja a nivel estatal, algo que tiene todavía un gran peso en un PSOE todavía muy "madrileño y andaluz". La veo una excelente segundona que le rompieron la ilusión y futuro hace unos meses. Joven pero no con ideas nuevas.
Pero no ha surgido el tercero en discordia tal vez por la falta de un camino despejado, tal vez por no ser diputado electo quien podría surgir, tal vez por ser mejor que ahora pasen tres años antes de dar el paso definitivo y con más garantías.
En política no existen mirlos blancos que aparezcan raudos en cuando el aire torna cambiante.
Las damas y torres en ajedrez, atacan cuando el camino ya está abierto, para que sus movimientos sean más eficaces. Quien gobernará España en 2020 tal vez no esté ni en Sevilla haciéndose la foto. Tras Andalucía y el País Vasco, tal vez tengan que hacer más reformas los socialistas, depende del equipo que forme el ganador de Sevilla.
Y no, no me atrevo a apostar por nadie. Los dos me parecen complejos para un futuro nuevo, pero si tuviera que elegir lo haría por Chacón pues creo que su grupo de apoyo es algo más ilusionante.