España y los españoles tenemos la desgracia de unos políticos que sin respeto hacia sus ciudadanos creen que pueden jugar con ellos como muñecos de Lego. Hoy te digo algo, mañana te lo oculto y nunca hablo contigo, por que no me importas un carajo.
Ya desde Felipe González, los Presidentes de España se acostumbraron a no hablar a los españoles mirándoles a los ojos aunque sea a través de una cámara de televisión, algo muy sencillo, os lo juro.
Uno, con cada cambio de Presidente siempre cree que el nuevo será capaz de copiar a los franceses, a los americanos o a los venezolanos. Da igual. Pero lo que no da igual es que el Presidente de España no sepa hablar a los españoles, no sepa utilizar una herramienta básica como la imagen y la comunicación para transmitir decisiones, para acercarse a su sociedad, para trasmitir lo que hace y lo que piensa hacer.
¿Nos creen los Presidentes de Gobierno que somos imbéciles y no entenderemos lo que se nos dice? ¿Acaso creen que cogeremos miedo y nos pondremos histéricos si se nos dice la verdad?
Cuando se toman decisiones uno se arriesga a no ser entendido, a no conseguir la aprobación de todos o incluso de ninguno. Pero si te lo explican, si te lo dicen con sinceridad y mirándote a los ojos cabe la posibilidad de que la pedagogía funcione y se logre empujar entre todos en la dirección correcta. España necesita de todo menos bobos con miedo, que se esconden detrás de sus subordinados. Necesita líderes que sepan liderar, así de sencillo. O tal vez así de complicado pues no parecemos ser capaces de encontrar a políticos que quieran ser líderes.