¿En serio era necesario publicar ahora las cuentas de la Casa Real?, ¿es posible explicar con sinceridad estas cantidades sin sonrojarse mientras se relatan con los dedos de la mano y la cuenta de la vieja?, ¿toda comparación es odiosa o esta es más odiosa todavía, con la situación actual que tenemos que soportar millones de españoles?, ¿no hubiera sido mejor seguir manteniéndonos a los españoles como imbéciles incapaces de entender las cuentas de la Casa Real, que escuchar o leer con la que está cayendo, mentiras a medias, explicaciones absurdas y medias sonrisas para disimular?
La claridad es buena, la trasparencia es necesaria, pero puñetas, es más lógico que hubiera venido de siempre, de fábrica, con el cargo. Y no cometer la increíble mala praxis de elegir el peor momento para explicar lo que resulta complejo de explicar.
Intentar ser traslúcidos cuando los cristales están muy sucios y cuando la mayoría de nosotros tenemos que poner plásticos en lugar de los cristales pues no tenemos dinericos para arreglar la casa propia, resulta cuando menos poco inteligente.