Que la Reina Sofía cometa errores no es habitual pero en los últimos meses se están dando demasiadas casualidades como para empezar a pensar que o bien no está bien asesorada o está cansada de aguantar las formas.
La portada de la revista Hola de esta semana, acompañando la Reina a Urdangarin en EEUU tiene bemoles y es complicada de explicar. Portada consentida y alentada desde la Casa Real —pues nada hace la revista Hola sin el beneplácito y visto bueno de la Casa Real—, muestra a una Reina que acompaña y posa junto a un personaje que está siendo muy cuestionado por sus actividades, de momento “raras” y de difícil explicación. De nada sirve pensar que es su yerno, que está junto a su hija, pues en la imagen de portada, elegida sabiendo lo que iba a provocar, sobra una persona.
O no debería estar la Reina o no debería estar Urdangarin. Pero la Casa Real ha querido mandar el mensaje de que están con él, de que la Monarquía apoya a quien de momento está sobre el ojo de la justicia por desmanes de complicada justificación, hasta que los tribunales decidan si implicarlo más o menos.
De entrada un gran error de la Casa Real. O un gran acierto, que nunca se sabe hasta donde pueden llegar los patinazos reales.