Nos hemos acostumbrados los europeos a no pensar que los militares son unos ciudadanos que a veces dan golpes de estado. Y eso es algo muy positivo. Pero a veces puede ser irreal, es decir, optimista.
Que el mismo día que Grecia y Papandreu cambie de opinión sobre consultar a los griegos para sus reformas económicas, sea también el día en el que cambie a su cúpula militar, puede ser una casualidad. O no.
Es cierto que Papandreu ya había dicho en otras ocasiones que preguntaría a sus ciudadanos sobre las reformas en la misma medida que hace 4 días había asegurado a los alemanes y franceses que no lo iba a realizar por seguridad. Pero los militares no entienden ni de política ni de economía y les da respeto meterse en camisas de once varas. Excepto que algún bobo civil y de medio pelo les haga creer que sin contar con los ciudadanos pueden ayudar a gobernar desde el poder paisano, pero apoyado en el poder militar.
Que no se nos olvide nunca que los militares ni tiene el poder de la razón ni el de las soluciones ni el de las formas ni el de la democracia y con ello el de los ciudadanos. Solo tienen el poder de las armas. Es decir el miedo.