Caminante, no hay camino…, pero todos los días vamos avanzando por nuestras vidas y vamos abriendo puertas a la vez que progresamos; siempre marchamos en busca de nuestras verdades, de nuevas sensaciones, de nuevos proyectos de vida, aquellos que nosotros elegimos —o no y nos vienen por las circunstancias—, pero que nos acompañan en nuestro camino.
Dependemos de nosotros para atrevernos a llamar a las puertas y esperar a que nos abran, sólo la falta de salud nos puede frenar en nuestro intento de conquistar nuestra vida.
Incluso en los lugares más grises y duros, hay agua para beber si se tiene sed. Debemos buscarla.