Los malos datos del empleo en España son casi catastróficos, tal y como confirma la EPA del Tercer Trimestre de 2011, y como intuíamos casi todos. Sigue creciendo el desempleo incluso tras haber destrozado más de tres millones de empleos en los últimos cuatro años. No hemos tocado suelo y no sabemos hacia donde nos estamos dirigiendo.
Si analizamos los datos del paro por edades de las personas que están desempleadas, los datos son también malísimos. Admitimos el más del 60% de paro entre los jóvenes hasta los 20 años, pero ya nos parece un drama ese 42,3% de paro entre los jóvenes de 20 a 25 años (14,93% de paro en el año 2007), como nos refleja el gráfico publicado hoy por El Mundo. Desempleo que se mantiene en cifras del 26,44% entre los jóvenes de 25 a 30 años durante este trimestre de 2011 (un 8,27% en el año 2007).
Pero dramáticos son también, por lo que representan, por su nula solución, por los efectos que sobre sus particulares jubilaciones tienen, los datos del 16% de desempleo entre las personas de 50 a 60 años. Casi todos ellos además hombres, y que forman parte de familias en donde las mujeres trabajan en un número pequeño, con lo que las mermas de sus jubilaciones serán duras, muy duras para el núcleo familiar del futuro. El desempleo entre estas edades durante el año 2007 —que es cuando comenzó esta crisis— era de un 6%; puramente estructural.