3.10.11

Sonríe o al menos elije situaciones felices para rodearte

Si entras en un velatorio, en un funeral, es imposible que te rías, que pongas cara de alegría. Simplemente imposible mientras te des cuenta de donde estás.
Si ves en televisión un programa de humor o acudes a un teatro a ver una obra alegre o si escuchas a una persona que cuenta chistes, aunque no te gusten, te cambia tu cara y la alegría viene a tu rostro en alguna medida.

El envoltorio de la vida afecta a todos. El lugar en donde te encuentres, el tipo de personas con las que te rodees, harán de ti que seas más feliz o más triste.
Engánchate siempre que puedas a la alegría de vivir, a la risa, al humor, al positivismo. No siempre podemos elegir pero cuando lo podemos hacer, hagámoslo eligiendo a gente positiva, rodeándonos de posibilidades alegres.

Si deseamos escribir como alguna vez hemos planteado en este blog, hagámoslo sobre temas alegres o cuando menos desde el punto de vista alegre. Si nos dedicamos siempre a escribir sobre tristezas terminaremos más tristes de cómo empezamos. Hoy en televisión, por poner un ejemplo fácil, es muy sencillo poder ver programas alegres varias veces al día. Simplemente hay que elegir la cadena y el momento. Si elegimos programas muy serios, con constantes discusiones violentas o en donde se nos enseñan dramas personales, al final nos pondremos tristes.

Ojo, que en una segunda fase de la tristeza, cuando seamos capaces de defendernos de ella, los programas de televisión en donde “otros” sufren todavía más que nosotros, son positivos, pues nos demuestran que nuestros problemas son relativos. Pero para asumirlos así, antes deberemos haber vencido la fase de ser capaz de relativizar nuestros problemas.