El síndrome de piernas inquietas (acromelalgia), antes denominado Enfermedad de Ekbom —su sigla en inglés es RLS y en castellano SPI— es un trastorno de tipo neurológico que afecta muy especialmente la calidad del sueño, en el que se experimentan sensaciones desagradables en las piernas que nos obligan a despertarnos y que se suelen describir como:
Algo se está deslizando sobre nuestras piernas.
La sensación de que un insecto o un animal pequeño camina por las piernas.
Hay un hormigueo en las piernas, en ambas o en una.
Tengo sensaciones de quemazón, de frio, etc.
Tengo las piernas tirantes, duras, tiesas.
Me duelen las piernas por la noche, en plena fase de sueño.
Estas sensaciones suelen producirse en la zona de la pantorrilla, pero pueden afectar a cualquier parte de la pierna, desde el muslo hasta el tobillo y incluso en los brazos. Es característico que las personas con SPI tienen una necesidad irresistible de mover la extremidad afectada cuando se producen esas sensaciones.
Sin embargo, algunos pacientes no tienen una sensación bien definida, excepto la necesidad de movimiento. Los problemas del sueño son comunes en las personas con SPI debido a que les resulta difícil quedarse dormido, o se despiertan cada vez que ocurren los brotes de movimiento.
Es importante tener en cuenta que aunque la representación tradicional del SPI es en las piernas, se trata como decimos de un trastorno neurológico, y por lo tanto, puede afectar a los brazos. Es incluso habitual el SPI percibido en miembros que han sido amputados.
La causa del SPI es aún desconocida, pero hay estudios que inciden sobre determinados problemas en el transporte de hierro al cerebro y secundariamente, alteraciones en la síntesis de determinados neurotransmisores, como la dopamina. Parece claro que el síndrome de piernas inquietas tiene una potente base familiar y genética.
Algunos fármacos pueden favorecen la aparición del SPI, razón por la cual es importante que se informe al médico de todo medicamento que esté tomando. Asimismo, si consume estimulantes como la cafeína, la teína o los derivados del cacao pueden incrementar el SPI. Se ha demostrado una mayor incidencia de SPI en personas que fuman por la noche (enlace externo a la cita), siendo por lo tanto una recomendación esencial, dejar de fumar.
Las sensaciones desagradables aparecen cuando la persona con SPI está acostada o sentada durante un período largo de tiempo, causando la necesidad de mover las piernas para aliviar temporalmente los síntomas; para ello, el paciente:
Estira o dobla las piernas, y se frota las piernas con las manos.
Se sacude o da vueltas en la cama o incluso se levanta para caminar.
Es un problema que se da más en personas adultas, a partir de los 45 años, y en las horas finales del día o por la noche. El Síndrome de Piernas Inquietas es una enfermedad frecuente. De hecho, es una de las patologías del sueño más frecuentes. También se produce durante el tercer trimestre del embarazo. Los antidepresivos, pueden potenciar el síndrome. También está demostrada la relación con el hábito de fumar.
El síndrome de piernas inquietas precisa de un diagnóstico clínico al que se llega por consulta médica. También hay que tener en cuenta para el diagnóstico la posibilidad de que el paciente tenga familiares con el mismo trastorno, pues existe cierta predisposición genética a sufrirlo.