La camino tomado por la demografía española es realmente preocupante para el futuro del medio plazo, con una falta clara de jóvenes y niños que repongan el básico y lógico recambio generacional. “Actualmente nos faltan entre 9 y 12 millones de niños y jóvenes para tener un equilibrio demográfico, y la cosa va a peor”, alerta Alejandro Macarrón autor del libro 'El suicidio demográfico de España'.
Por el camino emprendido entre todos nosotros, se pone en riesgo el Estado de bienestar y coloca la despoblación en el horizonte de muchos pueblos e incluso provincias del interior de España. Sin personas jóvenes que dentro de 15/25 años tomen las riendas del estado de bienestar, trabajando, cotizando y gestionando, España está condenada a su fracaso como sociedad de primera línea económica y de calidad de vida, a costa de que la comodidad actual. La población se está reduciendo voluntariamente sin que estemos en cifras de reposición y esto ha empezado a suceder precisamente en periodos de bonanza económica.
“Con 1,4 hijos por mujer en 2009, aún nos faltan cerca de 250.000 bebés más al año para que haya relevo generacional, y cada generación será un 30 o 40 % más pequeña que la anterior”, apunta Macarrón, la fecundidad cae porque “nos hemos vuelto más cómodos”. Si bien influyen “varios factores, lo central es que tener hijos ya no es un valor principal” ni en las familias ni en la sociedad. En los últimos años la inmigración ha servido para maquillar estos datos negativos, pero en la actualidad ha cesado la llegada de inmigrantes y además algunos de ellos ya están tomando el camino de regreso, lo que complicará más todavía estas cifras demográficas.
Con estos datos es inviable mantener el actual sistema de pensiones, de prestaciones basadas en los impuestos al trabajo, incluso nuestra forma de entender los servicios públicos. O tomamos conciencia de la gravedad de este problema social y tomamos medidas para evitarlo o minimizarlo, o irá en crecimiento lógico. Hay que potenciar a la familia desde los organismos públicos pertinentes, como una organización que crea riqueza en el medio y largo plazo para un país, buscando nuevas formas de ayuda y también nuevas maneras de potenciar las diversidades que hoy en día existen entre las distintas formas de familias creadas. La maternidad debe ser reconocida como un gran trabajo y una responsabilidad por la que la mujer debe obtener una recompensa laboral, social y económica suficiente.
Si intentamos reaccionar tarde ya es imposible reconducir la pirámide población hacia situaciones básicas favorables para mantener nuestra calidad de vida social. Dependemos de medidas de discriminación positiva que incluso ya son tarde para tomar.