La culpa no sirve de nada. Nos han educado en un sistema en donde ser capaces de encontrar la culpa, de sentirnos culpables, es una forma de conocernos, de entregarnos, de asumir. Y es totalmente falso.
No es lo mismo la responsabilidad que la culpa.
La culpa es coercitiva, nos corta nuestra libertad, te inmoviliza, e incluso puede servir de recompensa para que en el futuro sigas haciendo la misma acción negativa. No necesitamos el perdón, que es lo que propone el sistema de culpas. No necesitamos el castigo como solución a la culpa. Necesitamos la responsabilidad, el asumir nuestros actos y resolverlos positivamente. Ser capaces de conocernos mejor y de resolver nuestras discrepancias con mirada positiva.
Y si la culpa no sirve de nada, el perdón por ella es otro castigo más que nos deja en manos de quien otorga el perdón. Nos coloca en la posición dominada, de quien entrega autoridad a los que pueden repartir perdones, prebendas o cielos.