Que la reforma de la Constitución haya dejado muy contento a Rajoy, cabreados y divididos en su interior a los socialistas, y ausentes al resto de fuerzas políticas dice mucho del talante de ese “Bamby” que se ha convertido en…
Pero entre churras y merinas vamos perdiendo el norte de la realidad social. La política ha perdido peso y sin duda es un lastre que cobrará su precio en unos años. El desempleo crece y las ayudas a los necesitados se acaban.
¿Cuántos minutos ha utilizado el Congreso de los Diputados en hablar de los millones de desempleados que lastran esos si, la economía española hasta decir ¡¡basta!!
Entre transacciones que suenan a castigo o a cambalaches, entre titulares y boberías que suenan a disculpas para sordos y mudos de la política social, entre actitudes de los que se creyeron socialistas de jóvenes y que se han visto envueltos en una política neoliberal de libro de párvulos, nos olvidamos de lo importante.
Seguimos cerrando empresas, comercios, trabajos mientras aumenta el poder escondido de quien juega a joder, a apoderarse de todo atisbo de presión sin emplear las urnas. Somos menos democráticos y estamos más sujetos a las garras de los violentos imbéciles que se esconden.
Por cierto lo de algunos jueces sonriendo tras no ser capaces ni ellos ni la policía de descifrar el titular de la cuenta L. B., es de más premio a la estulticia. Con el máximo respeto, faltaría más, a todo tipo de decisiones de los dueños del poder real.