La gran dureza de esta crisis económica está provocando que cada vez haya más parados aragoneses (y españoles) mal viviendo sin ningún tipo de ayuda pública. Se estima en estos momentos que hay unos 30.000 desempleados en Aragón sin ingresos, aunque eso no quiere decir que todos ellos hayan agotado los diferentes subsidios: algunos son parados que no han trabajado con anterioridad (estudiantes) o que no han cotizado lo suficiente como para ganarse el derecho a recibir una prestación.
La cifra, no obstante, no ha dejado de crecer en el último año, ya que en julio del 2010 apenas había 20.000 aragoneses en esta situación. El riesgo de exclusión social es cada vez más importante y grave.
Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), de los 91.872 desempleados registrados en julio de 2011 en Aragón, un total de 35.939 recibieron la prestación contributiva o paro, mientras que 24.447 cobraron algún tipo de subsidio o la renta activa de inserción (ayudas que no llegan a los 500 euros). Y unos 31.500 o no recibe ninguna prestación (la gran mayoría) o se beneficia de los 400 euros del plan Prepara que apenas unas 500 personas en Aragón.
"Aparte de estas ayudas estatales solo está el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) que concede Aragón", y en este sentido, y según informan desde la consejería de la DGA, actualmente hay 2.996 aragoneses que cobran el IAI, un subsidio que tampoco supera los 500 euros.
Si a esto sumamos la gran diferencia que existe entre tipos diferentes de desempleados por edad, nos encontramos ya con casos especialmente graves. Los parados que pierden su empleo con 50 años tienen especiales circunstancias para volver al mundo laboral, para volver a enganchar empleo estable y constante. Esto supone para los parados mayores de 50 años un doble problema.
En primer lugar es fácil que todavía dependa de su trabajo gran parte de su familia. En segundo lugar esta en una edad en la que las cotizaciones para la jubilación son especialmente importantes por mucho que esto se ha modificado con la última reforma.
Puede darse el caso que tras cotizar para la jubilación más de 40 años, al no hacerlo en sus últimos 10 años de vida laboral, vea una jubilación muy mermada sobre sus cotizaciones. Y encima se haya gastado los pocos ahorros de que disponía en estos últimos años al no poder tener actividad laboral estable.
Se debería estudiar soluciones para las personas que a partir de los 50 ó 55 años terminan en el desempleo, en el paro laboral, pues todos sabemos lo complicado que lo van a tener para poder engancharse al tren del trabajo, pues ninguna empresa los va a querer contratar de nuevo, en un mercado con excesivas personas para elegir. Muchas de ellas más jóvenes y más preparadas.