Un detalle más de que el PSOE está lleno de miedos y del deseo de no ser nunca socialista es el nuevo impuesto de Patrimonio. El límite de 700.000 euros deja sin duda la situación de pago en manos de excesivamente pocas personas. Es decir en nada de nada.
Los ricos riquísimos no están en la lista de los que pagan, bien por sus trampas legales y guapas o bien por tener sus activos en países ajenos al nuestro. Si además tenemos en cuenta que la vivienda habitual no entra en el cálculo hasta 300.000 euros de valor, solo van a pagar los que tengan más de un millón de euros de patrimonio real, siempre y cuando no se hayan escapado y además como es lógico no se cuenta el dinero en negro en las sumas.
Las críticas de los que no lo quieren son claras. Incluso dicen que no se va a cobrar casi nada. ¿Por qué les molesta una ley fiscal que según ellos no sirve para recaudar, si de ser así realmente no incidiría a nadie?
Es cierto que Patrimonio supone pagar dos veces por lo que se gana. Una vez al ganarse el rendimiento y otra vez cada año, por tenerlo. Pero se nos olvida que no hay dinero suficiente para mantener este sistema de bienestar. Y se nos olvida además que los trabajadores de este país pagan mucho más, repito, mucho más IRPF, que los empresarios y adinerados. Ilógico, ilegal incluso, absurdo.
Patrimonio es la forma fácil de conseguir unas migajas, sin duda el fraude fiscal y renovar todo el IRPF y no solo de escalas de cotización sino también de fondo y forma es el camino que nadie se atreve a tocar.
Yo diría que los ricos del millón de euros deberían estar contentos de pagar más impuestos, más que nada por que es esto o el caos y a ellos, los que más tiene, es a los que menos les interesa el caos.
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