No vamos de moralistas, no nos gusta prohibir nada ni que nos prohiban, pero el número de personas con 50 años de edad o más, que sufren problemas de alcoholismo es muy elevado. Son personas que nunca antes habían caído en el descontrol personal aunque bebían de manera básica. Pero sin un motivo claro, han ido aumentando el consumo de alcohol hasta descontrolarse. A veces de manera silenciosa, sin estridencias, no de una forma muy elevada en cuanto a las cantidades consumidas, pero que como una droga barata emplea el alcohol para tapar otros problemas importantes que le acechan en la vida.
A partir de los 50 años todo en la vida toma otra forma, otro sentido. La vida laboral se vuelve complicada, entran los miedos a unos años laborales en los que las cotizaciones son las que sirven para la base de la jubilación, los hijos crean problemas para los que no estamos preparado, la familia se vuelve diferente, nos falta parte de la ilusión anterior, sobran depresiones —pequeñas o grandes— descubiertas o tapadas, y la relación de pareja se vuelve a veces sosa y apática.
Muchas personas de ambos sexos acuden al alcohol como refugio ante la desesperanza que no saben explicar, que callan. Y caen en otra trampa que les hunde un poco más, según van perdiendo el control sobre su vida.
El alcoholismo social, el refugio en una droga barata que te roba la libertad, es sencillo. Se empieza a subir la cantidad muy poco a poco y sin darnos cuenta nadie, se cae en un pozo del que además se está plenamente convencido al principio de que se puede salir cuando se quiera.
—No, yo no soy alcohólico— decimos todos, dicen todos, sin darse cuenta de que en realidad ya estamos perdiendo el control de las decisiones.
Mira, lector amigo, lo primero es quererse un poco más y reconocer que se tiene un problema qua hay que resolver para ser más libre.
Si quieres luchar contra el resto de problemas de tu vida te necesitamos fuerte, con todas las ganas del mundo. Si tienes más de 50 años y tienes problemas, pide ayuda, es muy normal, no te preocupes de resolver los problemas con la evasión. Decide que tú eres el mejor amigo que te queda. Pero a tu alrededor hay muchos má, que seguro que te pueden ayudar.