Nunca había estado la Puerta del Sol tan vacía como ahora, ni de nueva. ¿Alguna vez fue la Puerta del Sol un lugar vacío? Da gusto verla desde arriba, toda ella llena de coches de la policía y del Samur, una capital tan turística como Madrid, disfrutando incluso de la tranquilidad de que el Metro ya ni funciona. Es un lujo, un detalle de algún tonto político, una decisión acertada para probar qué hacer en caso de un ataque nuclear.
Es tener la plaza más importante de España, parada como otros cinco millones de españoles más. Parada y desempleada.
Sin duda los comerciantes de la zona estarán contentos pues teniendo cerrada la plaza, venderán mucho más que antes. A mi lo que me preocupa es saber qué ha sido del pequeño huerto que habían creado los indignados en la fuente. Sus pimientos, sus tomates de dos clases, sus pepinos y berenjenas. ¿Se los han llevado detenidos los policías?
Deseando estoy de volver a Madrid, para que me prohíban entrar en la Puerta del Sol. Yo quiero ser uno más de los que les prohíben entrar, más que nada para apuntármelo en el currículo.
¡¡Yo estuve allí!!