Recordamos más de 25 años después, lo que supuso para la política española de los años 1985 y 1986 el referéndum por el abandono o no de la OTAN tras habernos metido la UCD agonizante de Calvo Sotelo meses antes de su salida del Gobierno y meses después del Golpe de Estado de Tejero en marzo de 1981. Cuando el PSOE de Felipe González entró a gobernar en 1982, dejó en suspenso la integración en la OTAN en espera del referéndum que él mismo había prometido en su campaña electoral, aunque sin posicionarse claramente sobre la postura que el PSOE tomaría ente la consulta popular. Os dejo una imagen de los carteles del PSOE anteriores a su entrada en el Gobierno en 1982, cuando dejaba la ambigüedad estudiada en el mensaje de un: “de entrada, no”
Al aire de aquellos tiempos de exigencia ciudadana creada en la campaña del NO a la OTAN, sobre el mensaje sobre todo de lo que debería ser una limpieza política y un respeto mayor a la participación ciudadana, nace la Plataforma Cívica que agrupaba a todos los partidos de izquierdas excepto al PSOE, presidida por el escritor Antonio Gala, y que agrupaba en torno al PC a muchos intelectuales, artistas y organizaciones sociales de base. ¿Os suena a algo este movimiento de 1986? ¿s comparable a algo más actual?
Aquel marzo de 1986 supuso la unión efectiva de la gente cabreada de la izquierda en torno a una Plataforma Cívica que llegó a conseguir 7 millones de votos en el Referéndum para la salida de la OTAN. Sobre un número total de 29.025.494 electores, se contabilizaron 17.246.458 (59,42 %) de votos emitidos: 9.054.509 votos a favor de seguir en la OTAN (52,49 %), 6.872.421 votos en contra de seguir en la OTAN, 1.127.673 votos en blanco (6,53 %) y 191.855 votos nulos (1,11 %).
Eran 8 millones de españoles que no querían permanecer contra 9 millones que si deseaban seguir en la OTAN. Números que hoy nos pueden parecer tremendos pues a favor del SI estaban PSOE, UCD y PP (entonces creo que unido con el Partido Liberal y el PDP). Mientras que CIU dio libertad de voto y e PNV estuvo muy ambiguo en la campaña, aunque solicitaba el SI.
De aquellos tiempos, tras la pérdida de su oposición del NO pero con un número de votos muy significativo, surge la idea de agruparse todo ese movimiento social en un partido político nuevo, liderado y organizado por el PC pero agrupando a todos los partidos de izquierda que desearan plantear una alternativa al bipartidismo. ¿Os suena a algo más actual?
De aquella idea y proyecto nació la actual IU que nunca pudo mantener aquellos 8 millones de voto descontentos con el bipartidismo oficial. El resultado poco a poco fue el que todos conocemos, y aquellos 8 millones de votos fueron otra vez disgregados y divididos por la maquinaria de un PSOE tremendo que supo trabajar como nadie su éxito, entregando a esa sociedad que representaba la Plataforma Cívica, éxitos como el cierre de las Bases de EEUU en España (que también solicitaba con fuerza la Plataforma Cívica), como compensación a su descontento y para traerlos al redil de su aparato electoral. Alfonso Guerra y Felipe Gonzáles eran mucho más listos que los actuales dirigentes y capaces de hacer suyos los que no fueron nunca votos suyos, pero que fueron absorbidos con éxito para el bipartidismo oficial.
De aquella UCD casi nadie se acuerda. Y de aquella Alianza Popular que se presentaba agrupada al Partido Liberal y al Partido Democrático Popular nació el actual PP. El tiempo mueve opciones y toca analizar errores y pensar también en los éxitos de quien los obtuvo para aprender de ellos.
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