El primer ministro inglés, David Cameron, ha dicho su palabra “estrella” en un repetitivo discurso contra la violencia. “Se estudiará la imposición de un servicio civil obligatorio, similar al desaparecido servicio militar pero sin uniforme y dirigido por civiles”, si la violencia entre los jóvenes ingleses perdura.
Solución estrella pero absurda por lo que resulta de novedosa en su discurso aunque represente una vuelta atrás, ante unos problemas violentos que se unen a los problemas sociales, laborales, educativos y de puesta en valor de la relación de excesivos jóvenes con su propia sociedad. Sin duda hay también en la sociedad inglesa un gran número de jóvenes diferentes a estos, muy integrados son los problemas de su sociedad, que trabajan desde organizaciones sociales y a los que no es necesario modificar conductas sociales, que es de lo que se trata cuando se habla de reinventar el servicio militar para el siglo XXI.
Debemos pensar que si se quiere resolver con 20 años de edad lo que no se ha sabido hacer hasta esa edad, y a costa de disciplina espartana y tratamiento de choque, estaremos volviendo varias décadas atrás por culpa de una mala planificación de la educación y del trato familiar de una juventud que sin duda, es compleja como siempre, pero ahora con el añadido nuevo de unos problemas que les envuelven su futuro y no les dejan desarrollar su libertad personal como es lógico en todo tipo de sociedades. Los jóvenes sobre todo, deben saber y asumir que SI es posible la emancipación. Hoy creen que es imposible y que están castigados a ser niños hasta los 40 años de edad.
A los jóvenes hay que darles una educación adaptada a cada tiempo, ofréceles una posibilidad de trabajo a través de la formación y que sirva para crear su propia independencia y a partir de aquí, corrige los siempre existentes errores de comportamiento que se producen desde los tiempos más remotos. Volver a servicios obligatorios es asumir que los adultos nos hemos equivocado en la educación anterior a ese momento de servicio civil.