Durante tres décadas el PSOE ha utilizado dos marcos de referencia para enfrentarse a los conservadores en sus planteamientos electorales. Uno: el “miedo” a que viene la derecha; y dos: la derecha es corrupta y solo busca el beneficio de los empresarios.
Estos marcos mentales se han declarado ya clausurados, caducos por una sociedad que ahora no tiene más miedo a la derecha que a la izquierda y cree entender que la corrupción es de la clase política y no de la derecha.
Ha dado igual que estas dos verdades primeras se hayan convertido en dos mentiras a medias. Lo cierto e inamovible es la percepción que de estos asuntos tiene la sociedad. Hoy la derecha no se percibe como una vuelta atrás y ella misma emplea perfectamente discursos progresistas en sus ideas para literalmente engañar con el mensaje; y además no se ha sabido explicar desde la izquierda cual es la diferencia real entre dos modelos de gestión que deberían ser bien distintos.
Confundir en España al PSOE con la única izquierda ha sido otro de los grandes errores pues ahora se encuentra el país sin alternativa progresista que sirva de referencia. El bipartidismo repartido y asumido entre ambos partidos como beneficioso para ambos y para España, se demuestra ahora que es un mal error al no contar la sociedad con alternativas.
Rubalcaba lo tiene muy mal, pues no es una persona nueva con mensaje diferente, con una credibilidad desconocida. Puede ser un buen gerente, una persona limpia, pero no es nueva, no ofrece la novedad y el peso de “su” PSOE es tan tremendo que resulta imposible despegarse. No hay que olvidar que han existido “otros” PSOE, que sin entrar ahora a valorar cuales fueron mejores o peores, si que fueron otros. Pero Rubalcaba posee la suma de los dos últimos.
La izquierda en Europa, pero más en concreto en España, debe buscar otros marcos de referencia, otras maneras de incidir en su sociedad, otras formas de comunicación y de pedagogía política, otros modos de hacer política. Y sobre todo, otra relación con la sociedad, más participativa, más trabajada, más inteligente.